Pequeños Escudos

2017- 2020

Fortaleza-Caballo

Serie fotográfica de luces y sombras, que utiliza las simbologías y figuraciones de los escudos familiares y su actual relación con la objetualidad decorativa presente al interior del espacio doméstico.

Los escudos, que fueron creados en tiempos antiguos como soporte de protección para ser usados en el campo de batalla, también han sido representativos a través de su heráldica de la nobleza y del linaje familiar.

Hoy, estas formas y figuras que los componen, particularmente animalescas, las vemos presentes al interior del espacio doméstico en distintas materialidades y soportes.

¿Qué ha llevado a la permanencia de estos símbolos a través del tiempo? ¿porqué son tan comúnmente adquiridos y dispuestos en el margen privado?,

Indudablemente son representativas de un gusto y de una simbología identitaria, que busca de forma inconsciente, una figura protectora? una fortaleza o una experiencia épica propia?

Parte de este trabajo fue expuesto en sala k-35; Espacio de experimentación, Santiago. año 2017 (Ex Persa Parque de Los Reyes)

En proceso, WIP.

Fortaleza-Escudo
Fortaleza-Escudo
Fortaleza-Escudo Leon

Conjuros de Fuerza

Pablo Luttino

No me resulta difícil evocar a Paulina, de niña, caminando por las calles de la ciudad de Concepción. En la tierra baldía al decir de Eliot, incólume y tiesa. Un campo de luz horizontal y los hombres persiguiendo su sombra, mucha sombra. Por cierto, invento, pero ¿no es acaso el inventar el tras de toda historia u objeto?

Trazando una geometría múltiple, uniendo los vectores en la cuadratura de un eventual círculo mágico, pienso las causas y azares que una traza biográfica ofrece para armar y desarmar tanto máscaras como armaduras. Fábulas y talismanes ciernen a objetos y consejos como el sino de toda precaución ante la calle recia y la lluvia dura, resonando modernidad pérdida, que en la luz de las ventanas enmarcan un señuelo que transporta al encuentro con la puesta en escena del encanto del hogar. Reminiscente teatro gótico que vela y devela, en las pausas de un sosiego, el valor de un escudo que prende al refugio doméstico en lazos que enlazan protección.

En este ejercicio vidente, la delicadeza del gesto del afecto es signo de fuerza.

Cadenas de sentimientos que arman la vida en una presencia que es ausencia a la vez. Vida que se expresa en el sentimiento vicario, en los objetos que se cargan de emoción, en las miradas que se cruzan una con la otra; miradas también que atrapan el entorno, lo ritualizan y lo incorporan y que trasuntan a matrices y siluetas, estas vitrinas tupidas de artilugios y tesituras de visillo y encaje, un crepúsculo fascinante llano al misterio, la curiosidad y el deseo.

Paulina nos propone así una óptica del detalle: en una biografía del afecto religa este constructo fabulante y voluptuoso de amuletos, que en la memoria como procedimiento y en la heráldica como espacio gráfico, protegen ante una ciudad que te entrena para ser indiferente. Así, armada de remembranza y callejeo, esta no es una invitación a descorrer un tupido velo sino a compenetrarse en este álbum amicorum, una experiencia que se propone y se completa con los otros, donde el objeto prendado de prestigio vetusto es un conjuro para conectar a los pies con la tierra y a la mano con el corazón. En fortaleza.